5 de abril de 15,232
el tiempo de nada
Ale de la Puente | Emilio Hinojosa Carrión
Michel Blancsubé | Nydia Pineda de Ávila | Fernando Espinosa | Velia González
5 de abril de 15,232
el tiempo de nada
Centro de Cultura Digital
21 de junio – 23 de septiembre de 2023
Del solsticio de verano al equinoccio de otoño
Revisitar el pasado e imaginar el futuro son, junto con la obligación de pensar y vivir el presente, tres ocupaciones comunes de la mente. Oponemos a menudo el horizonte y la luz con que asociamos el por venir a la oscuridad en que se desvanece y hunde el pasado, aunque es verdad que las últimas noticias del planeta nos hacen ver el futuro menos luminoso de lo que pretendo y el pasado más irradiante de lo que escribo.
Los científicos, especialmente los que exploran el firmamento, astrofísicos y astrónomos, pero también los que estudian la Tierra, geólogos, vulcanólogos y otros karstólogos, están acostumbrados a contar las edades de las entidades que pueblan el universo o el subsuelo del planeta en millones y billones de años.
Comparada con estas duraciones estratosféricas, nuestra pobre esperanza de vida, que casualmente cruza el siglo, es irrisoria. Sin embargo, por desastroso que sea nuestro paso en términos de duración, este tiempo de nada, este destello existencial nos permite aprehender el universo y su inmensidad, sus mecanismos, algunas de sus anomalías, el eterno retorno de coincidencias y citas astrales que jalonan sus pasado y futuro.
El programa de exposiciones y eventos asociados, en la nube y físicos, imaginado por Ale de la Puente se basa en una de estas coincidencias previstas con mayor o menor precisión por los astrónomos. El planeta Venus era importante para las civilizaciones precolombinas, en particular para los mayas quienes quizás le daban más importancia que al Sol. La simultaneidad de un eclipse solar con un tránsito de Venus es muy poco frecuente. La próxima ocurrencia de este fenómeno está prevista para el 5 de abril de 15,232 y sería observable desde Baja California. Ale de la Puente realizó varias residencias en el ámbito científico de las cuales rescato su mes de navegación en septiembre de 2021 en el mar de Cortés sobre el buque de investigación oceanográfica RV FALKOR por haber sido uno de sus primeros acercamientos a la península de Baja California. Regresó de este mes de navegación con unas imágenes fantásticas, por no decir surrealistas, de organismos desconocidos encontrados entre 3 y 4000 metros de profundidad (Nieve marina, 2023). El siguiente año, realizó otro viaje de investigación empezando por la contemplación de un eclipse total de luna desde el Observatorio Astronómico Nacional San Pedro Mártir durante la noche del 14 al 15 de mayo. El recorrido llevó a la artista y sus acompañantes a diversos sitios incluyendo unos de pinturas rupestres, otros parcialmente desérticos albergando oasis y extrañas plantas prehistóricas, los cirios. La propuesta desarrolla una narrativa semejante a un relato de ciencia ficción que asocia una proyección en un futuro lejano a una mirada hacia atrás cuando los habitantes de la región marcaban su presencia en el territorio tallando y pintando la roca.
Antes de cerrar esta breve introducción, mencionemos la aportación esencial del compositor Emilio Hinojosa Carrión, sin la cual el universo de Ale de la Puente permanecería mudo.
Michel Blancsubé
Programa Público
PROYECCIÓN DE VIDEO
-Más cerca de nada-, 2023
12:00 h
12:20 h
12:40 h
RECORRIDOS CONVERSADOS Y
PROYECCIONES ESPECIALES
13 de julio 17:00 h
26 de julio 18:00 h
10 de agosto 17:00 h
30 de agosto 18:00 h
14 de septiembre 17:00 h
CONCIERTOS
Pareidolia, 2023
1 de julio 16:00 h
20 de agosto 11:00 h
PROGRAMA DE RADIO
Sonósferas
El siglo XX vio nacer la música de las máquinas que operan a partir de variaciones de voltaje. Con ello no sólo se descubrió un nuevo estilo artístico, sino que se articuló un nuevo lenguaje, es decir, emergió un continente de experiencias culturales inéditas. No se trató únicamente de replantearse lo que era la música, sino de explorar las dimensiones y los límites de lo humano. Con el tiempo, la música electrónica alimentó los imaginarios futuristas y, paradójicamente, creó ambientes distópicos que fueron la negación de toda proyección futurista. A lo largo de cuatro sesiones (con una duración aproximada de una hora cada una) Sonósferas explorará distintas estéticas basadas en los sonidos electrónicos, en relación con la crisis de lo «humano».
Centro de Cultura Digital
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